En agosto de 1958 se decedió a formar parte del grupo de sacerdotes que venían a Yauyos, estando ya en tierras yauyinas fue nombrado párroco de Quinches que comprendia los siguientes pueblos: Ayaviri, Huampará, Quinocay, Vizcas, Huacta y Malleuran.
Desarrollo una intensa labor pastoral, social llevando la palabra de Dios a todos sin excepción.Y a ustedes, amigos lectores les ruego una oración por el eterno descanso de su alma.
Te pedimos, Señor,
que tu(s) siervo (s) N., sacerdote (s),
a quien(es) encomendaste durante su vida
el ministerio sagrado,
llegue(n) a participar eternamente
en la gran asamblea de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
***
Escucha con bondad, Señor,
las plegarias que te dirigimos
por el eterno descanso de tu(s) siervo(s) N., presbítero(s),
y recibe en el gozo de todos tus santos
a quien(es) en tu nombre desempeñó(aron) fielmente su ministerio.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
***
Te suplicamos, Señor,
concedas que el(las) alma(s) de tu siervo(s) N., sacerdote(s),
a quien(es) morando en este siglo,
le(s) adornaste con los dones sagrados,
goce(n) siempre en de la morada gloriosa del cielo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Aqui algunos links:
Fallecimiento de Vicente del Val
Como ya sabéis Vicente del Val falleció el 17 de junio a la 1,30 de la madrugada. Era el día posterior a la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Se despidió de nosotros dándonos varias veces su bendición. Llevaba un par de días sin poder hablar y así de expresivo fue su adiós. En realidad -pienso- hizo así todos los días de su vida sacerdotal.
En otras ocasiones dedico un tiempo a escribir la nota necrológica, pero en esta ocasión la que recogía la prensa y que escribió Juan Antonio Gracia me parece tan buena que la reproduzco íntegra, sin quitarle ni una coma:
Heraldo de Aragón, 18 jun. ZARAGOZA. En las primeras horas de la mañana del jueves falleció el reverendo señor don Vicente del Val Meléndez. Ayer sábado, a las 10,30 horas, el arzobispo metropolitano, monseñor Ureña, presidió en el altar mayor de la basílica del Pilar la misa funeral que fue concelebrada por numerosos sacerdotes y en la que participaron las feligresías en las que ejerció su ministerio pastoral.
Don Vicente del Val había nacido en Odón (Teruel) el 18 de abril de 1930, siendo ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1954. En la actualidad, tras su jubilación, vivía en la residencia sacerdotal de San Carlos de nuestra ciudad, si bien se mantuvo activo en el trabajo hasta el último momento, mientras se lo permitió su delicado estado de salud. Hasta hace bien poco podíamos verle en el Pilar celebrando el sacramento ‑del perdón del que era un asiduo y fiel apóstol o postrado en fervorosa oración ante la imagen de Nuestra Señora del Pilar de la que era devotísimo.
Sencillo y acogedor, cercano y amable, su permanente sonrisa y su palabra cálida denunciaban su profunda bondad interior y su irrenunciable vocación de servicio. Charlar con él era una delicia, destacando siempre su tolerancia y capacidad de diálogo con quienes no compartían sus ideas. Con él, toda discusión se cerraba con una risa compartida y un abrazo fraterno. Su trabajo pastoral se desarrolló en los más diversos frentes: rural, urbano y misionero. En efecto, tras sus primeros destinos en Loscos, Plenas y Alpartir, vino a los barrios de Montaña Santa Isabel, convirtiéndose luego en párroco dé Ejea de los Caballeros. Desde 1989 hasta su retiro dirigió la parroquia de Nuestra Señora del Pilar en la basílica mariana, cargo que compatibilizó con la capellanía de la, iglesia de San Juan de los Panetes. Un la período de su vida lo dedicó a la evangelización en la vanguardia misionera en Perú. Durante muchos años fue consiliario de la Asociación de los jueves Eucarísticos, desde la que trabajó sin descanso por rescatar y revalorizar en nuestro tiempo el culto al Santísimo Sacramento.
Bueno hasta la exageración, sensible ante el dolor ajeno, disponible a todas las horas, don Vicente fue un cura ejemplar que honraba al presbiterio diocesano y dignificaba la Iglesia a la que sirvió con admirable fidelidad.,
JUAN ANTONIO GRACIA
Un cura que fue párroco de Plenas
Nosotros seguimos la pista de los pleneros que en el mundo han sido, pero también acogemos a los apegados, gentes que no han nacido en Plenas, pero que en algún momento de su vida han tenido alguna relación, digamos que importante, con nuestro querido pueblo de Plenas.
Hoy vamos a recordar a un sacerdote que fue cura párroco de Plenas en los años 50 del siglo XX.
Ha fallecido recientemente. Se llamaba Vicente del Val Meléndez, murió el 17 de junio de 2011 en Zaragoza.
Había nacido el 18 de abril de 1930 en la localidad de Odón, Teruel.
Fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1954 y fue destinado, en primer lugar, a la vecina localidad de Loscos y luego pasó a Plenas, donde estuvo de párroco poco, apenas un año, y después Alpartir. En 1958 marchó de misionero a la selva del Perú, a la prelatura de Yauyos.
Regresó años después y fue párroco de Montañana, Santa Isabel y de Ejea. Desde 1989 era párroco de Nuestra Señora del Pilar y capellán de la Iglesia de San Juan de los Panetes. Fue muchos años consiliario de la Asociación de los Jueves Eucarísticos.
Hubo una misa funeral el día 18 de junio, en el altar mayor de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, a las 10,30 h.
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