
Yo deseaba nacer, conocerte y pensaba que algún día llegaría a ser un niño alegre.
Soñaba con ir a la escuela y llegar a ser un hombre importante.Yo creía que cuando cumpliera los nueve meses de estar junto a tú corazón y naciera, todos se iban a alegrar en casa con mi llegada.Pero tú no pensabas igual que yo. ¡verdad mamá? y un día cuando yo estaba contento jugando en lo más recóndito de tus entrañas, para mí divinas, entrañas sentí algo extraño… que no sabría explicarlo… algo que me hizo temblar.
Sentí que me quitaban la vida. Yo quise defenderme… pero la muerte, con su implacable y metálica voz, me sorprendió, cuando en tú vientre jugaba tan contento y solo pensaba en nacer para adorarte.
Entonces no comprendí quién me quitaba la vida, dime, mamá, Quien podría entrar impunemente dentro de tí y llegar hasta donde tan seguro me hallaba para matarme?¿ Donde estabas tú que no me defendiste?
No se lo que llegue a pensar…perdóname, pero por un momento el negro cuerpo de la duda pasó por mi mente y creí que tú sólo habrías podido hacerlo.
Pero no, perdona mi mal pensamiento.¿ Como iba yo a comprender que una madre mataría a su hijo, cuando en la casa no estorban ni el gato, ni el perro , ni el televisor?
Ahora mamá, yo lo sé todo. Se que hay madres que matan a sus hijos antes de nacer. Madre ¿ como pudiste matarme? ¿Como es posible que hiciste tal cosa conmigo?
¿ Sabes una cosa mamá? Ayer estuve hablando con Dios y le pedí que, por favor, me aclarase la verdad de mi muerte. El me abrazo con cariño y me dijo muchas cosas… Las palabras más maravillosas y alentadoras que jamás escuché; las mismas que siempre soñé con escuchar en tus labios de madre, cuando todavía esperaba que me arrullaras en tus brazos.Me dijo también que solo El es el dueño de la vida y que nadie tiene derecho ni poder para quitarla.
Por mis ojos caían torrentes de lágrimas, pero Dios me estrecho contra su pecho y me susurró tiernamente:” Pequeño mío, si tú no tienes madre, Yo te daré la Mía” . Y me enseño a la Virgen.Y me ha dado todo lo que tú me negaste.
Mamá, antes de despedirme de tí voy a pedirte un favor: Que esta carta que te escribo se la leas a tus amigas y futuras mamás para que no cometan el monstruoso error que tú cometiste conmigo.
Te envío todo el cariño que hubiera querido darte con la vida y te pido te arrepientas de lo que hiciste con tu hijo que nunca nació.
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"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte." (Juan Pablo II

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