El Arzobispo de Cusco (Perú), Mons. Juan Antonio Ugarte, afirmó que el Cardenal Juan Luis Cipriani, cuando fue Arzobispo de Ayacucho, luchó junto con los demás prelados peruanos contra las esterilizaciones forzosas promovidas por el Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000).
"Fue una defensa conjunta y reiterada de la Conferencia Episcopal Peruana, en la que estaba presente el entonces pastor de la Arquidiócesis de Ayacucho,monseñor Juan Luis Cipriani Thorne", afirmó Mons. Ugarte en un artículo publicado el domingo en el diario El Comercio.
Las esterilizaciones afectaron a unas 300 000 mujeres de los sectores más pobres, que fueron operadas sin su consentimiento como parte de las políticas de planificación familiar del Gobierno peruano.
Sin embargo, a pesar del rol a favor de la vida que desempeñó el ahora Cardenal Cipriani, sectores motivados por intereses ideológicos, entre ellos el escritor Mario Vargas Llosa, lo han acusado constantemente de no haberse opuesto a esta violación de los derechos humanos.
"Steve Mosher, presidente del Population Research Institute (PRI), ha precisado que Mario Vargas Llosa ‘no sabe que el cardenal Cipriani jugó un papel decisivo en el esfuerzo de detener la campaña forzada de planificación familiar’ de finales de los 90", afirmó Mons. Ugarte.
Para el Prelado "es difícil comprender por qué el novelista niega lo obvio. Él debería saber que, cuando se documenta o comenta respecto a abusos de derechos humanos, debería concentrarse en los hechos, no en la ficción".
Mons. Ugarte recordó también que por ser entonces Arzobispo de Lima, el Cardenal Augusto Vargas Alzamora fue el encargado de "condenar ante el gobierno las esterilizaciones".
"Desde Ayacucho, el actual cardenal Cipriani realizó gestiones personales ante el presidente (Fujimori) e informó por televisión que había protestado ante el gobierno. En concordancia con el episcopado, pidió a Steve Mosher (…), que investigara el tema y creara el clima de opinión para detener esa campaña negativa contra el derecho a la vida humana. Estas y otras gestiones más tuvieron un efecto positivo al detener la campaña, aunque hubo que lamentar el drama de 300 000 mujeres esterilizadas", señaló.
Recordó que luego de las investigaciones, el 23 de enero de 1998 los obispos peruanos emitieron un enérgico comunicado que reiteró su denuncia contra estos hechos.
"Actualmente, la contundencia e impunidad de los hechos, traídos a la luz por diversos medios de comunicación, ha convencido a un amplio sector de la opinión pública que el control natal artificial, especialmente la esterilización quirúrgica permanente, ha sido aplicada en buena medida con métodos de coerción o engaño y muchas veces en condiciones médicas deplorables", expresó entonces el texto.
Mons. Ugarte dijo que debe quedar sentado "que todos los obispos, sin excepción, desde el lugar que la Iglesia les ha encargado administrar, y todos en la Conferencia Episcopal, estuvimos y estamos a la altura de nuestro deber ante Dios y los fieles, a la hora de defender, a través del magisterio católico, el matrimonio y la familia cristianos".
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