LIMA, (ACI).- La comisión de obispos de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) que analizó el texto de nueva ley universitaria aprobado por la comisión de educación del Congreso, advirtió este martes que este documento no conviene al país “por sus evidentes deficiencias de redacción y contenido”, e indicaron que una nueva legislación debe respetar la autonomía universitaria y el modelo laical de la relación Iglesia-Estado.
Este martes fue presentada en la sede de la CEP la posición de los obispos con respecto al proyecto de ley aprobado por la comisión de educación del Congreso y que debería ser debatido en el Pleno en marzo. Uno de los puntos que ha desatado polémica es la creación de una Superintendencia Nacional de Educación Universitaria que dependerá del Ministerio de Educación. Sus detractores señalan que podría ser usada como instrumento político.
En su comunicado final, el Episcopado consideró positivo querer mejorar el sistema universitario peruano. Sin embargo, indicó que esto se debe dar en medio de un debate participativo, “de diálogo alturado y fructífero, sin que genere polarización ni ponga en riesgo el futuro de la universidad en el Perú”. En ese sentido, señaló, la nueva ley debe respetar la autonomía universitaria y “demás derechos y garantías” reconocidos por la Constitución peruana.
Previamente al comunicado, fueron leídas las observaciones hechas por la comisión de obispos, la cual advirtió que “no conviene a nuestro país ni la aprobación ni, menos aún, la publicación de la actual sugerencia de la Comisión de Educación del Congreso por sus evidentes deficiencias de redacción y contenido”.
“Si se puede clasificar la ley vigente como ‘liberal’, la nueva ley quiere superar las deficiencias de la ley actual palpables en la reciente ‘inflación’ universitaria sin la calidad debida, por medio del control ‘social’ o un control estatal camuflado”, expresó la comisión.
Iglesia-Estado
Más adelante, en sus observaciones, los obispos indicaron que comparten “muchos de los valores y de las necesidades que la ley reclama”. Sin embargo, advirtieron que “este no es el tema. El tema es la marginación de Dios en uno de los proyectos importantes para el futuro de la Patria”.
Los obispos recordaron el papel fundamental de la Iglesia en la creación de universidades en el Perú y el resto del mundo, así como el establecimiento en la Constitución peruana de una independencia entre la Iglesia y el Estado, “junto con la voluntad de mutua colaboración”.
“Con muchas democracias en el mundo actual, el modelo peruano de la relación ‘Iglesia-Estado’ es el modelo ‘laical’, no ‘laicista’. Es decir, ambas partes respetan su autonomía, pero con la voluntad de la ayuda mutua. El estado ‘laicista’ –y eso es muy distinto- vive de la intención de ‘reducir hasta excluir’ la presencia de la Iglesia en el fuero público. En el convenio entre el Perú y la Santa Sede se perfila esta colaboración, ante todo en el sector educativo del país”, señalaron.
Los obispos recordaron que “en la medida, en que una cultura excluya a Dios de su proyecto de vida, se reduce su margen de proyección al perfeccionamiento de los sistemas existentes. Nuestra proyección va más allá, nuestra esperanza igualmente”.
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