Libro entrevista realizado por el periodista alemán Peter Seewald
· El Papa habla de él. Un adelanto. (Sandro Magister)
· Las palabras del Papa sobre la sexualidad y el preservativo (Zenit)
· Nota del director de la Oficina de Prensa sobre las palabras del Papa en el libro “Luz del Mundo”, en relación con el uso del profiláctico (Vatican Information Service)
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El Papa habla de él. Un adelanto
Los pasajes más candentes del último libro-entrevista de Benedicto XVI. Sobre preservativos, abusos sexuales, sacerdocio femenino, judíos, burka… Pero sobre todo sobre el futuro del cristianismo, que él ve lleno de luz
por Sandro Magister
ROMA, 22 de noviembre del 2010 – El esperado libro-entrevista de Benedicto XVI, “Luz del mundo”, estará en las librerías de los cinco continentes, en varios idiomas, a partir del martes 23 de noviembre.
El domingo 21 muchos diarios han anticipado algunos pasajes, proporcionados por la Librería Editora Vaticana, titular de los derechos de autor.
Pero ya en la tarde del sábado 20 una anticipación diferente del libro - con pasajes bastante más candentes - había sido publicada por “L’Osservatore Romano”. Con inmediato retumbar en los medios de comunicación mundiales.
El sábado y el domingo eran los días del consistorio, con la creación de 24 nuevos cardenales y con las homilías del Papa dedicadas a explicar que la autoridad en la Iglesia tiene como modelo el reino de Cristo: un reino que un antiguo himno litúrgico canta con las palabras: “Regnavit a ligno Deus”, un reino ejercitado por Dios crucificado que al buen ladrón le dice: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Pero el consistorio ha sido limpiado de las crónicas. Conquistadas e invadidas por los pasajes del libro adelantados por “L’Osservatore Romano”.
Sobre todo uno: aquel en el cual Benedicto XVI justifica el uso del preservativo por parte de un prostituto (en masculino en el original alemán del libro: “ein Prostituierter”). Un uso que la doctrina moral católica ya admite - junto con el recurso al uso del preservativo por parte de los cónyuges cuando uno de ellos tiene la infección por HIV - pero que aquí por primera vez es aprobado públicamente por un Papa.
Y además: los pasajes sobre los abusos sexuales del clero, sobre la encíclica “Humanae vitae”, sobre Pío XII y sobre los judíos, sobre las mujeres sacerdote, sobre el burka…
Peter Seewald, el entrevistador, registro la entrevista en encuentros sucesivos con Benedicto XVI, de una hora cada uno, el verano pasado en Castel Gandolfo (ver foto).
Seewald presento con anticipación una guía, pero el diálogo fue libre y Benedicto XVI no eludió ninguna pregunta. El Papa aportó sólo pequeñas correcciones de forma a la trascripción completa, en alemán.
A continuación los pasajes adelantados por “L’Osservatore Romano”. También los títulos de los párrafos son los del diario vaticano.
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“LUZ DEL MUNDO” / UNA ANTOLOGÍA
por Benedicto XVI
La alegría del cristianismo
Toda mi vida ha estado siempre atravesada por un hilo conductor que es el siguiente: el cristianismo da alegría, amplía los horizontes. En definitiva una existencia vivida siempre y solamente “contra” sería insoportable.
Un mendigo
En lo que se refiere al Papa, él también es un pobre mendigo frente a Dios, incluso más que los otros hombres. Naturalmente siempre le rezo ante todo al Señor, al cual estoy ligado, por decir así, por una antigua amistad. Pero invoco también a los santos. Soy muy amigo de Agustín, de Buenaventura y de Tomás de Aquino. A ellos les digo: “¡Ayúdenme!” Luego, la Madre de Dios es siempre y de todos modos un gran punto de referencia. En este sentido, me introduzco en la comunión de los santos. Junto a ellos, revigorizado por ellos, hablo luego con el Dios bueno, sobre todo mendigando, pero también agradeciendo; o simplemente contento.
Las dificultades
Las había puesto en la cuenta. Pero ante todo sería necesario ser muy cautos con la evaluación de un Papa, así sea significativo o no, cuanto aún está vivo. Sólo en un segundo momento se puede reconocer cual lugar, en la historia en su conjunto, tiene una determinada cosa o persona. Pero que la atmósfera no habría sido siempre alegre era evidente en consideración de la actual constelación mundial, con todas las fuerzas de destrucción que existen, con todas las contradicciones que en ella viven, con todas las amenazas y los errores. Si hubiera seguido recibiendo solamente consensos, habría tenido que preguntarme si de verdad estaba anunciando todo el Evangelio.
El shock de los abusos
El hecho no me ha tomado por sorpresa del todo. Estando en la congregación para la doctrina de la fe me ocupé de los casos estadounidenses; había visto montarse la situación en Irlanda. Pero las dimensiones de todos modos fueron un shock enorme. Desde mi elección para el solio pontificio me había reunido repetidas veces con víctimas de abusos sexuales. Hace tres años y medio, en octubre del 2006, en un discurso a los obispos irlandeses les había pedido “establecer la verdad de lo que ha ocurrido en el pasado, tomar todas las medidas proporcionadas para evitar que se repita en el futuro, asegurar que los principios de justicia sean plenamente respetados y, sobre todo, curar a las víctimas y a todos aquellos que fueron golpeados por estos crímenes anormales”. Ver el sacerdocio repentinamente ensuciado de este modo, y con ello también la misma Iglesia católica, ha sido difícil de soportar. Pero en aquel momento era importante no dejar de mirar el hecho de que en la Iglesia el bien existe, y no solamente estas cosas terribles.
Los medios de comunicación y los abusos
Era evidente que la acción de los medios no estaba guiada solamente por la búsqueda de la verdad, sino que existiera también el gusto de poner en la picota a la Iglesia y, si fuera posible, desacreditarla. Y sin embargo era necesario que quedara en claro esto: mientras que se trate de llevar a la luz la verdad, debemos saber reconocer los hechos. La verdad, unida al amor entendido correctamente, es el valor número uno. Y luego los medios de comunicación no habrían podido dar estos informes si no hubiera existido el mal en la misma Iglesia. Los otros han podido dirigir el mal contra la Iglesia sólo porque este ya estaba dentro de ella.
El progreso
Surge el problemático término “progreso”. La modernidad ha buscado su propio camino guiada por la idea de progreso y de libertad. Pero ¿qué cosa es el progreso? Hoy vemos que el progreso puede ser también destructivo. Por esto debemos reflexionar sobre los criterios que debemos adoptar para que el progreso sea verdaderamente progreso.
Un examen de conciencia
Más allá de los planes financieros, un examen de conciencia global es absolutamente inevitable. Y la Iglesia ha tratado de contribuir a esto con la encíclica “Caritas in veritate”. No da respuestas a todos los problemas. Quiere ser un paso adelante para mirar las cosas desde otro punto de vista, que no sea solamente el de la factibilidad y del suceso, sino desde el punto de vista según el cual existe una normatividad del amor por el prójimo que se orienta a la voluntad de Dios y no solamente a nuestros deseos. En este sentido se debería dar el impulso para que realmente ocurra una transformación de las conciencias.
La verdadera intolerancia
La verdadera amenaza frente a la cual nos encontramos es que la tolerancia sea abolida en nombre de la tolerancia misma. Existe el peligro de que la razón, la llamada razón occidental, sostenga haber finalmente reconocido lo que es justo y proponga así una pretensión de totalidad que es enemiga de la libertad. Creo que es necesario denunciar con fuerza esta amenaza. Ninguno esta obligado a ser cristiano. Pero ninguno debe ser obligado a vivir según la “nueva religión”, como si fuese la única verdadera, vinculante para toda la humanidad.
Mezquitas y burka
Los cristianos son tolerantes y en cuanto tales permiten también a los otros la particular comprensión de sí mismos. Nos alegramos del hecho de que en los países del Golfo árabe (Qatar, Abu Dhabi, Dubai, Kuwait) haya iglesias en las cuales los cristianos puedan celebrar la misa y esperamos que así suceda en todas partes. Por esto es natural que también entre nosotros los musulmanes puedan reunirse en oración en las mezquitas.
En lo referente al burka, no veo razón para una prohibición generalizada. Se dice que algunas mujeres no lo llevan voluntariamente sino que en realidad es una suerte de violencia que se les impone. Está claro que con esto no se puede estar de acuerdo. Pero si lo quieren usar voluntariamente, no veo por qué se le deba impedir hacerlo.
Cristianismo y modernidad
El ser cristiano significa ser algo vivo, moderno, que atraviesa toda la modernidad formándola y plasmándola, y que por tanto en un cierto sentido verdaderamente la abraza. En esto es necesaria una gran lucha espiritual, como he querido mostrar con la reciente institución de un “Pontificio consejo para la nueva evangelización”. Es importante que busquemos vivir y pensar el cristianismo en modo tal que asuma la modernidad buena y justa, y por tanto simultáneamente se aleje y se distinga de la que está convirtiéndose en una anti-religión.
Optimismo
Si se observa con más atención – y es lo que me es posible hacer gracias a las visitas de los obispos de todo el mundo y también en los otros muchos encuentros - se ve que el cristianismo en este momento está desarrollando también una creatividad del todo nueva […] La burocracia está terminada y cansada. Son iniciativas que nacen de dentro, de la alegría de los jóvenes. El cristianismo asumirá quizá un nuevo rostro, quizá también un aspecto cultural diferente. El cristianismo no determina la opinión pública mundial, otros son quienes la guían. Y sin embargo el cristianismo es la fuerza vital sin la cual también las otras cosas no podrían seguir existiendo. Por ello, sobre la base de lo que veo y de lo que llego a hacerme una experiencia personal, soy muy optimista respecto al hecho de que el cristianismo se encuentre frente a una nueva dinámica.
La droga
Muchos obispos, sobre todo los de América latina, me dicen que por donde pasa el camino del cultivo y la del comercio de la droga - y esto ocurre en muchos de aquellos países - es como si un animal monstruos y malvado extendiese su mano sobre dicho país para arruinar a las personas. Creo que esta serpiente del comercio y del consumo de droga que envuelve el mundo es un poder del cual no siempre llegamos a hacernos una idea adecuada. Destruye a los jóvenes, destruye las familias, lleva a la violencia y amenaza el futuro de enteras naciones. También esta es una terrible responsabilidad de Occidente: tiene necesidad de drogas y así crea países que le proporcionen lo que luego terminará por acabarlos y destruirlos. Ha surgido un hambre de felicidad que no llega a saciarse con lo que hay; y luego se refugia, por decir así, en el paraíso del diablo y destruye completamente al hombre.
En la viña del Señor
En efecto tenía una función directiva, pero no había hecho nada solo y he trabajado siempre en equipo; precisamente como uno de los tantos obreros en la viña del Señor que probablemente ha hecho un trabajo preparatorio, pero al mismo tiempo es uno que no está hecho para ser el primero y para asumirse la responsabilidad de todo. Entendí que junto a los grandes Papas debe haber también pontífices pequeños que dan su contribución. Así que en aquel momento dije lo que sentía verdaderamente […] El Concilio Vaticano II nos ha enseñado, con razón, que para la estructura de la Iglesia la colegialidad es constitutiva; o sea el hecho de que el Papa es el primero en el compartir y no un monarca que toma decisiones en soledad y hace todo él mismo.
El judaísmo
Debo decir que desde el primer día de mis estudios de teología me ha sido de alguna manera clara la profunda unidad entre Antigua y Nueva Alianza, entre las dos partes de nuestra Sagrada Escritura. Tenía comprendido que solamente sería posible leer el Nuevo Testamento junto con el que lo antecedió, de otro modo no habríamos entendido. Luego naturalmente lo que ocurrió en el Tercer Reich nos ha golpeado como alemanes y os ha empujado más a mirar al pueblo de Israel con humildad, vergüenza y amor.
En mi formación teológica estas cosas se han entretejido y han señalado el recorrido de mi pensamiento teológico. Pues era claro para mi - y también en esto en absoluta continuidad con Juan Pablo II - que en mi anuncio de la fe cristiana debía ser central este nuevo entretejerse, amoroso y comprensivo, de Israel e Iglesia, basado en el respeto del modo de ser de cada uno y de la respectiva misión [...]
También en la antigua liturgia me pareció necesario un cambio. De hecho, la fórmula era tal que hería verdaderamente a los judíos y ciertamente no expresaba en modo positivo la gran, profunda unidad entre el Viejo y en Nuevo Testamento. Por este motivo pensé que en la liturgia antigua fuese necesario una modificación, en particular en referencia a nuestra relación con los amigos judíos. La he modificado de tal manera que estuviese contenida nuestra fe o que Cristo es la salvación para todos. Que no existen dos vías de salvación y pues que Cristo es también el salvador de los judíos, y no sólo de los paganos. Pero también en modo tal que no se rezase directamente por la conversión de los judíos en sentido misionero, sino porque el Señor apure la hora histórica en la que todos nosotros nos reuniremos. Por esto los argumentos utilizados por una serie de teólogos que polemizan contra mí son carentes de reflexión y no hacen justicia a cuanto se ha hecho.
Pio XII
Pío XII ha hecho todo lo posible para salvar personas. Naturalmente siempre se puede preguntar: “¿Por qué no ha protestado de manera más explícita?”. Creo que entendió cuales habrían sido las consecuencias de una protesta pública. Sabemos que personalmente sufrió mucho por esta situación. Sabía que en sí debería haber hablado, pero la situación se lo impedía. Ahora, personas más razonables admiten que Pío XII salvó muchas vidas, pero sostienen que tenía ideas anticuadas sobre los judíos y que no estaba a la altura del Concilio Vaticano II. El problema sin embargo no es este. Lo importante es lo que ha hecho y lo que ha buscado hacer, y creo que es necesario de verdad reconocer que ha sido uno de los grandes justos y que, como ningún otro, ha salvado muchos, muchos judíos.
La sexualidad
Concentrarse sólo en el uso del profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad, y esta banalización representa precisamente la peligrosa razón por la que tantas y tantas personas no ven más en la sexualidad la expresión del amor entre ellas, sino solamente un tipo de droga, que se suministra uno mismo. Por ello, la lucha contra la banalización de la sexualidad es parte del gran esfuerzo que tiene por finalidad que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad. Puede haber casos individuales justificados, por ejemplo cuando un prostituto [ein Prostituierter] utiliza un profiláctico, y esto puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia de que no todo está permitido y que no puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, esto no es la manera real y propia de vencer la infección del HIV. Es verdaderamente necesaria la humanización de la sexualidad.
Paolo dunque non intendeva la Chiesa come istituzione, come organizzazione, ma come organismo vivente, nel quale tutti operano l’uno per l’altro e l’uno con l’altro, essendo uniti a partire da Cristo. È un’immagine, ma un’immagine che conduce in profondità e che è molto realistica anche solo per il fatto che noi crediamo che nell’eucaristia veramente riceviamo Cristo, il Risorto. E se ognuno riceve il medesimo Cristo, allora veramente noi tutti siamo riuniti in questo nuovo corpo risorto come il grande spazio di una nuova umanità. È importante capire questo, e dunque intendere la Chiesa non come un apparato che deve fare di tutto – pure l’apparato le appartiene, ma entro dei limiti – bensì come organismo vivente che proviene da Cristo stesso.
La encíclica “Humanae vitae”
La perspectiva de la “Humanae vitae” sigue siendo válida, pero otra cosa es encontrar caminos que se pueden recorrer de modo humano. Creo que existirán siempre las minorías íntimamente convencidas de la justicia de aquella perspectiva y que, viviéndola, se mantendrán plenamente satisfechas en ellas, al punto tal que se convertirán para otros en fascinantes modelos que seguir. Somos pecadores. Pero no deberíamos asumir este hecho como instancia contra la verdad, cuando esa moral alta no es vivida. Deberíamos buscar hacer todo el bien posible, y sujetarnos y soportarnos mutuamente. Expresar todo esto también desde el punto de vista pastoral, teológico y conceptual en el contexto de la actual sexología e investigación antropológica es una gran tarea a la cual es necesario dedicarse más y mejor.
[Toda la versión en español será puesta en la red más tarde]
Le donne
La formulazione di Giovanni Paolo II è molto importante: “La Chiesa non ha in alcun modo la facoltà di conferire alle donne l’ordinazione sacerdotale”. Non si tratta di non volere ma di non potere. Il Signore ha dato una forma alla Chiesa con i Dodici e poi con la loro successione, con i vescovi ed i presbiteri (i sacerdoti). Non siamo stati noi a creare questa forma della Chiesa, bensì è costitutiva a partire da lui. Seguirla è un atto di obbedienza, nella situazione odierna forse uno degli atti di obbedienza più gravosi. Ma proprio questo è importante, che la Chiesa mostri di non essere un regime dell’arbitrio. Non possiamo fare quello che vogliamo. C’è invece una volontà del Signore per noi, alla quale ci atteniamo, anche se questo è faticoso e difficile nella cultura e nella civiltà di oggi. Tra l’altro, le funzioni affidate alle donne nella Chiesa sono talmente grandi e significative che non può parlarsi di discriminazione. Sarebbe così se il sacerdozio fosse una specie di dominio, mentre al contrario deve essere completamente servizio. Se si dà uno sguardo alla storia della Chiesa, allora ci si accorge che il significato delle donne – da Maria a Monica sino a Madre Teresa – è talmente eminente che per molti versi le donne definiscono il volto della Chiesa più degli uomini.
I novissimi
È una questione molto seria. La nostra predicazione, il nostro annunzio effettivamente è ampiamente orientato, in modo unilaterale, alla creazione di un mondo migliore, mentre il mondo realmente migliore quasi non è più menzionato. Qui dobbiamo fare un esame di coscienza. Certo, si cerca di venire incontro all’uditorio, di dire loro quello che è nel loro orizzonte. Ma il nostro compito è allo stesso tempo sfondare quest’orizzonte, ampliarlo, e di guardare alle cose ultime. I novissimi sono come pane duro per gli uomini di oggi. Appaiono loro irreali. Vorrebbero al loro posto risposte concrete per l’oggi, soluzioni per le tribolazioni quotidiane. Ma sono risposte che restano a metà se non permettono anche di presentire e riconoscere che io mi estendo oltre questa vita materiale, che c’è il giudizio, e che c’è la grazia e l’eternità. In questo senso dobbiamo anche trovare parole e modi nuovi, per permettere all’uomo di sfondare il muro del suono del finito.
La venuta di Cristo
È importante che ogni epoca stia presso il Signore. Che anche noi stessi, qui ed ora, siamo sotto il giudizio del Signore e ci lasciamo giudicare dal suo tribunale. Si discuteva di una duplice venuta di Cristo, una a Betlemme ed una alla fine dei tempi, sino a quando san Bernardo di Chiaravalle parlò di un “Adventus medius”, di una venuta intermedia, attraverso la quale sempre egli periodicamente entra nella storia. Credo che abbia preso la tonalità giusta. Noi non possiamo stabilire quando il mondo finirà. Cristo stesso dice che nessuno lo sa, nemmeno il Figlio. Dobbiamo però rimanere per così dire sempre presso la sua venuta, e soprattutto essere certi che, nelle pene, egli è vicino. Allo stesso tempo dovremmo sapere che per le nostre azioni siamo sotto il suo giudizio.
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LAS PALABRAS DEL PAPA SOBRE LA SEXUALIDAD Y EL PRESERVATIVO
En el libro entrevista que se publicará el próximo martes
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 20 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Medios de comunicación de todo el mundo publican en estos momentos comentarios y noticias sobre la posición moral de Benedicto XVI ante el preservativo a partir del adelanto de algunos pasajes de su libro entrevista “Luz del mundo”.El libro, realizado junto al periodista alemán Peter Seewald, será publicado el próximo 23 de noviembre. En España, la obra saldrá a las librerías con el sello de la editorial Herder.
Presentamos una traducción de trabajo sobre el pasaje sobe “La sexualidad” adelantado este sábado por “L’Osservatore Romano”.
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Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa precisamente el motivo por el que muchas personas ya no ven en la sexualidad la expresión de su amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran por su cuenta. Por este motivo, también la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad.
Puede haber casos justificados singulares, por ejemplo, cuando una prostituta [ndr. el original alemán presenta el término masculino] utiliza un preservativo, y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad.
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NOTA DEL DIRECTOR DE LA OFICINA DE PRENSA SOBRE LAS PALABRAS DEL PAPA EN EL LIBRO “LUZ DEL MUNDO”, EN RELACIÓN CON EL USO DEL PROFILÁCTICO
CIUDAD DEL VATICANO, 22 NOV 2010 (VIS).-Sigue la nota del padre Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre las palabras del Santo Padre en el libro “Luz del mundo” sobre el uso del profiláctico.
“Al final del capítulo 11 del libro “Luz del mundo”, el Papa responde a dos preguntas sobre la lucha contra el SIDA y el uso del preservativo, preguntas que se refieren a la discusión que siguió a algunas palabras que pronunció sobre el tema durante su viaje a África en 2009.
El Papa reafirma claramente que en esa ocasión no quiso tomar posición sobre el tema de los profilácticos en general, pero quiso afirmar con decisión que el problema del SIDA no puede resolverse sólo con la distribución de profilácticos, porque hay que hacer mucho más: prevenir , educar, ayudar, aconsejar, estar cerca de la gente, sea para que no caigan enfermos como cuando están enfermos.
El Papa observa que incluso en ámbito no eclesial se ha llegado a una toma de conciencia similar, según se desprende de la teoría del llamado ABC (Abstinence-Be Faithful-Condon) en la que los dos primeros elementos (abstinencia y fidelidad) son mucho más cruciales y fundamentales para la lucha contra el SIDA, mientras que el profiláctico está en último lugar como recurso, cuando faltan los otros dos. Por lo tanto, debe quedar claro que el profiláctico no es la solución al problema.
El Papa amplía después su mirada, e insiste en el hecho de que concentrarse sólo en el preservativo equivale a banalizar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor entre las personas y se vuelve como una “droga”. La lucha contra la trivialización de la sexualidad forma parte “del gran esfuerzo para que la sexualidad se valore positivamente y ejerza su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad”.
A la luz de esta visión amplia y profunda de la sexualidad humana y de su problemática actual, el Papa reafirma que “naturalmente la Iglesia no considera que los profilácticos sean la solución auténtica y moral” del problema del SIDA.
Con todo ello, el Papa no reforma ni cambia la enseñanza de la Iglesia , sino que la reafirma, colocándose en la perspectiva del valor y la dignidad de la sexualidad humana como expresión de amor y responsabilidad.
Al mismo tiempo, el Papa considera una situación excepcional en que el ejercicio de la sexualidad representa un riesgo real para la vida del otro. En este caso, el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, pero cree que el uso del profiláctico para reducir el riesgo de contagio sea “un primer acto de responsabilidad”, “un primer paso en el camino hacia una sexualidad más humana”, en vez de no utilizarlo exponiendo al otro a un riesgo para su vida.
En este sentido, el razonamiento del Papa ciertamente no puede definirse como un cambio revolucionario.
Numerosos teólogos morales y notables personalidades eclesiásticas han sostenido y sostienen posiciones análogas; es cierto, sin embargo, que todavía no las habíamos escuchado con tanta claridad en boca del Papa, aunque haya sido de forma coloquial y no magisterial.
Por lo tanto, Benedicto XVI aporta con valor una contribución importante a la clarificación y profundización de una cuestión largamente debatida. Es una contribución original, porque por una parte confirma la lealtad a los principios morales y demuestra lucidez a la hora de rechazar un camino ilusorio como “la confianza en el preservativo”; por otra, pone de manifiesto una visión comprensiva y de amplias miras atenta a descubrir los pequeños pasos -aunque iniciales y todavía confusos- de una humanidad a menudo espiritual y culturalmente muy pobre, hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad”.
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