ROMA, (ZENIT.org).- Pocas horas antes de concelebrar con el papa Benedicto XVI la Misa en español del 12 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, con motivo del Bicentenario de la independencia de muchos países americanos, el arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera Carrero, hizo unas breves declaraciones a ZENIT sobre este acontecimiento.
El cardenal Rivera confió a ZENIT la importancia de la Virgen de Guadalupe para el pueblo mexicano: “Santa María de Guadalupe está en el nacimiento de nuestra Patria porque éramos pueblos dispersos y Santa María de Guadalupe viene y nos congrega y nos reúne, ahí nacemos como pueblo mexicano”.
“Pero no solamente ahí sino que nos acompaña en la Independencia, en la Revolución, nos acompaña en los principales acontecimientos que ha tenido la Iglesia en México y por eso, ella misma se ha constituido nuestra Madre, nuestra Reina, nuestra Guía”.
El Papa y la Iglesia Universal celebra este año especialmente la fiesta de la Virgen de Guadalupe, patrona de América, al realizar la Misa en español para toda la América Latina con la cual confirma también la especial atención que la Santa Sede tiene por el continente americano.
Acerca de esta Misa, el cardenal Rivera subrayó a ZENIT: “La esperamos con mucho interés porque esperamos ahí hermanarnos con otros países que también tuvieron la fortuna de la Independencia y siempre María de Guadalupe como bandera”.
El Embajador de México ante la Santa Sede, Héctor Federico Ling Altamirano, resaltó el rol importante de la Virgen de Guadalupe para todo el pueblo mexicano: “Para los practicantes católicos es la culminación de su religiosidad, pero no sólo para los creyentes, los mexicanos en general, aún los no católicos, tienen un respeto, una veneración muy especial y un cariño por la Virgen de Guadalupe. Es un símbolo verdaderamente nacional tiene trascendencia religiosa, sociológica, antropológica, es un fenómeno muy interesante”.
“Tiene un significado muy hermoso muy amplio y con profundidades que hay que explorar, no sólo provoca un sincretismo entre las prácticas paganas y las prácticas cristianas, sino que es una verdadera síntesis, una inculturación”.
Por Mercedes De La Torre para zenit.org
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"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte." (Juan Pablo II

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