
En estos días previos a la Navidad, vemos un ritmo acelerado en el día de las personas. Y en nosotras también. Las compras, los regalos, la comida, los adornos.
Por qué?
Porque nos estamos preparando para una fiesta. Para un cumpleaños. Y deseamos que haya alegría y felicidad.
Pero el ritual, no debería opacar el verdadero sentido de esta fiesta.
Está muy bien organizar la mesa familiar, el arbolito y el pesebre, pero... nuestro corazón.. se está preparando también?
Dios va a entrar en la historia. Pocos renglones ocupan las palabras del evangelista para describir este hecho.
" Mientras estaban en Belén,llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito.Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre".(Lucas 1, 6)
En estos días previos a la Navidad, al nacimiento del niño, tengamos presente en nuestro corazón que nace EL AMOR.
Que no perdamos el rumbo, que nuestros actos reflejen la alegría del cristiano, que, reunidas en familia te alabemos y demos gracias,que el ruido no tape los susurros de tu amor, que contagiemos a los que nos rodean con nuestra esperanza, y que esta NAVIDAD, nuestra casa sea un nuevo pesebre, en el que nazca el Niño, y nos colme de bendiciones!
¡VEN SEÑOR JESÚS!
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"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte." (Juan Pablo II

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